Anoche se me ocurrió un título:
Matefón en calle Corrientes.
Es que vi a un chico a la salida de un teatro vendiendo un envase de mate, como si fuera una cáscara dura con tres orificios, y vibraba como saxo.
Y esos letreros de las obras se movían sincopados con ese sonido.
Pensé en eso, en los libros y las pizzas de las esquinas, como un rito, y escuché a Soda de fondo.