iquique

Vine 25 horas a Iquique; a dos cosas.
Es bueno viajar porque uno nota lo que hay por hacer.

Di discursos mágicos: todo un vendedor de sueños y proyectos. Si resulta; cool. Si no resulta, otro intento más adelante.

Viajar es hablar con uno mismo: monólogos que dan rebotes en la cabeza.

A veces quisiera partir teletransportado a Algarrobo, a caminar con la sensación de las piedras y conchitas.

Supe que hoy había un vendabal, de esos surazos que dan frío. Aquí con el calor húmedo siento que es un clima extranjero. El hablar es más rapidito…
Viajar es mirar las cosas de lejos, desde los pliegues de mis sábanas que se me desarman a media noche por las almohadas cruzadas con mis piernas.

Quiero tener el Kino con sus mil quinientos millones para hacer más castillos imaginarios, hacer crecer la pyme, consolidar, y al mismo tiempo sentarme con un editor de Planeta que me dijiese «tu eres el futuro crack de las letras».

Volver

Siempre uno vuelve; se reencuentra con un lugar, sabores, y pensamientos.

Y discusiones guardadas. Pero, qué se le va a hacer, ces la vie.

Yo necesito mar para mover mis brazos y desempolvar castillos imaginarios. Quizás así baje de peso también con tanto viento soplándome en los oídos.

Hay un diálogo permanente eso si, como palabras que se trastabillan en la cabeza. Deben ser los atardeceres digo yo.

Un tarro en la playaes

Este wiken puse un tarro en la playa, caminé, cultivé el ocio leyendo a Fuguet; planeé una casita dentro de ese tarro, con un jardín y juegos y quizas un velero.
Al volver me pasaron un parte a 108 en zona de 80 pero con 2 pistas en las que uno viene embalado a 120.
Me quedo con el parte; el tarro donde viviré con una nueva terraza.
Interesante crear una casa; espero la orden de demolición generada por mi vecina pero; que interesante ser malo y pasar a 108 y poner un container sin permiso municipal.

Catherine y yo

SIN RESERVAS es una de esas películas de happy ending que me mata.

Ella tiene una mirada permanente de seducción, el pelo negro azabache como el de mi amiga del alma Mercedes.

Las historias de amor son mis telenovelas encubiertas, pienso yo, aunque ahora sigo una novela yanki, The Big C, de una señora que le da cancer y comienza a vivir la vida a concho.

Y en esa novela norteamericana también lloro. Ahora escribo, en deshorarios. Porque no hay un método ordenado con novelas anteriores, y quizás busco redactar mi propia telenovela.Me leo cuatro libros al hilo, como quien toma una cerveza, lento placer. Siempre siento que voy a darle el palo al gato: ahora espero que sí en Caféamargo, sin dudas. Obviamente:otra historia de amor.

Dime

Vendían en esta calle un pastel de milojas sin h.
Lancé la talla al llevármelo.
-Sería más rico con h.
Estas ojas con sin h, fue la rápida respuesta del dependiente.
El manjar era dulce de leche; las ojas ni se sentían en el paladar.
Ojas nueva; milojas en la bahía.

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El mar de noche y de día

Aquí hay calor y agua. Ayer salió una morena de esas Hawantropic. Eramos un coro de animales en celo. Mar turquesa, un viento tibiecito.
Pasé por una casa roja y me vino el recuerdo; yo estuve aquí hace 12 años atrás.
Comí en restaurante con un puré exquisito.
El sol abraza…no se si es correcto el concepto con s o z. El sol es más redondo.
Y pienso en medio de ostiones. No todos los días pienso que cumpliré 42.

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Juanes

Suena este colombiano que tenía el pelo largo y hoy lo tiene corto, que se puso a llorar con Bosé en Cuba cuando casi no los dejan cantar por la paz.
8.39 y veo monitos con Arturo metiendome el dedo en la oreja. No sé porque ando down; debe ser por esa estúpida obsesión quizás de ser 1 y saber que nadie sabe de mis novelas y mi radio.
Juanes toquetea en el primer piso su balada, me comí un trozo de queso. Bueno; eso lo hace perfecto.

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Tracatraca

Así suena la lavadora en un día domingo de aseo general. No se si es un delanto a un maldito temblor pronosticado o qué, pero el tracatraca es elritmo de la mañana.
No retomo Cafeamargo.com una novela en que me enamoro de una senadora rubia que vi en un pasillo del Alto Las Condes y que invité osadamente al hotel Ibis de Antofagasta; todo por ciertoen mi mundo paralelo imaginario y que da rebotes en mi mente.
No sé si las rubias son más apasionadas que las morenas, creo que es rubia la senadora, pero me perdí en libracos que me traje de Buenos Aires y no escribo nada. Absorbo: como una esponja.